lunes, 25 de mayo de 2015

Introducción a "La verdad sobre el caso Savolta"

LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA


"El hilo argumental


A grandes rasgos la obra recoge los recuerdos de Javier Miranda, espectador y protagonista de unos hechos ocurridos en Barcelona entre 1917 y 1919. Es un mundo de tensiones sociales, en torno a una importante empresa industrial presidida por un aventurero enigmático, Lepprince, que se entretejen con una trama amorosa.

Durante la 1ª Guerra Mundial, la masiva venta de armas había favorecido la prosperidad de la industria armamentística en los países neutrales. En septiembre de 1917, Paul André Lepprince directivo de la empresa Savolta (dedicada a la fabricación de armas en Barcelona) acompañado por el joven Javier Miranda al que había puesto a su disposición el señor Cortabanyes, contratan a dos matones para que escarmienten a los cabecillas de una huelga. Diez obreros son apaleados y la huelga fracasa, sólo un curioso y marginal periodista, Domingo Pajarito de Soto denuncia los hechos en un panfleto anarquista. Decidido a callar las acusaciones de Pajarito, Lepprince le contrata para que realice con plena libertad una investigación sobre la empresa. Mientras dura esta farsa Miranda intima con Pajarito y también con su mujer, Teresa, quien busca desesperada el amor del joven para salir de su miserable situación. Cerca de la navidad, engañado por su esposa y utilizado por Lepprince, Pajarito sucumbe bajo las ruedas de un coche mientras regresaba a casa borracho. A los pocos días Savolta es asesinado a tiros. Se encarga del caso el comisario Vázquez y como primera medida se ejecuta a varios anarquistas. Pero los atentados continúan: muere a balazos Claudedeu, jefe de personal de la empresa; Lepprince logra escapar ileso de un grupo de terroristas. El tiempo pasa, y a causa de la entrada en la guerra de los americanos y de la posterior finalización del conflicto mundial, la empresa cae en bancarrota. Lepprince, que se ha casado con la hija de Savolta, Rosa Mª, y ocupa el puesto más alto, tiene problemas con un importante accionista Pere Parells que también murió asesinado. Por otro lado, el comisario Vázquez sigue los pasos de Miranda y de Lepprince, ya que unas confidencias de un extravagante personaje que dará con sus huesos en el psiquiátrico, Nemesio Cabra, les propone como sospechosos de las muertes de Pajarito y de Savolta. Pero Lepprince consigue que el comisario sea trasladado a Tetuán.
Javier Miranda, siguiendo las indicaciones de Lepprince y como medio de ascenso social, acepta casarse con María Coral, aunque desconoce que ésta es amante del empresario. María Coral es una joven gitana artista que Miranda y Lepprince conocieron al contratar a los matones que debían frenar la huelga. El matrimonio es un desastre y Mª Coral después de confesar su relación con Lepprince intenta suicidarse. Todos los esfuerzos de Lepprince para arreglar la crisis de la empresa son infructuosos. Hundido, hace que Miranda persiga a sus guardaespaldas, Max que se ha fugado con Mª Coral. La fábrica se incendia con Lepprince dentro sin que puedan determinarse las causas.
El comisario Vázquez que también morirá más tarde en extrañas circunstancias descubre a Miranda los motivos de tantas muertes, afirmando que tenían otras conexiones más intrincadas que las aparentes. Lepprince mató a Pajarito, a Savolta y a Parells porque habían descubierto que suministraba clandestinamente armas al ejército alemán en unión de un espía, Max. Miranda y María Coral se instalan en EE.UU. Antes de morir, Lepprince con el ánimo de dejar algún dinero a su mujer había contratado en secreto una póliza de seguros americana que cubriera los riesgos de la fábrica. Miranda era el encargado de cobrarla y hacerla llegar a Rosa Mª Savolta. Cumpliendo este cometido Javier es llevado a juicio porque la compañía aseguradora no quiere pagar. “Del juicio y mis retracciones han brotado estos recuerdos”, dice Miranda, es decir, la novela misma.

Hay, pues, una combinación de peripecias individuales y acontecimientos colectivos, con ciertos ribetes de novela histórica. Pero por debajo de los sucesos, se percibe una reflexión sobre el lugar y las actitudes del hombre en el mundo que le rodea. Tal reflexión se sitúa tanto en el plano social y político, como en el plano existencial.
Por otra parte la anécdota es sometida a un tratamiento múltiple, variado. Hay dos vertientes: por un lado, amplia utilización de las técnicas de la novela experimental ; por otro, en contraste con tales novedades, utilización del pastiche de la novela tradicional, especialmente de la novela policíaca y folletinesca. Esto supone una considerable riqueza de estructura y de enfoques, y una notable variedad de niveles de escritura.

Marco histórico y social


En la obra encontramos un panorama muy completo de la Barcelona de la época. Es el fin de la “belle époque” de una burguesía, junto al auge de los negocios durante la I Guerra Mundial, la crisis económica tras la contienda y la crisis social agudizada desde 1917. En esta encrucijada nos sitúa la obra, con especiales referencias a los acontecimientos políticos y a los conflictos entre las clases sociales. El entramado histórico y social se entrelaza con las peripecias individuales, y se convierte en mucho más que un puro marco o fondo del relato. El arco temporal abarca los años 1917 y 1919, con el auge de los negocios durante la guerra europea, la crisis económica y social. Hay abundantes referencias a los acontecimientos políticos y a las tensiones entre las clases sociales.
La neutralidad española en la primera guerra mundial produjo grandes ventajas económicas para diversos sectores, España suministró productos diversos, alimentos básicos, calzado, tejidos, municiones… Las industrias catalanas se vieron implicadas en esta situación, fabricaron multitud de productos y suministró beneficios a la clase burguesa y gran descontento a la clase proletaria.
Este ambiente de descontento provocó disturbios y huelgas, que culminó en 1916, con la primera huelga general en todo el país. El conflicto se convirtió en un enfrentamiento entre patronal y obreros, cuyas organizaciones, sobre todo la UGT (Unión General de Trabajadores) y CNT (Confederación Nacional del Trabajo) tenían una gran fuerza. En 1917 se declaró la huelga general revolucionaria, reprimida con extrema dureza por parte del ejército y la policía, aliados con la oligarquía catalana. Además, se formaron redes de gánsters a sueldo y un clima de gran inseguridad política. La industria catalana fabricaba material de guerra destinado a los aliados, sobre todo a Francia, lo que llevó a redes de espionaje y chantajes que intentaban cortar este sector industrial. Como resultado de esta serie de luchas y chantajes se produjo el atentado que inspira el título de la novela: el asesinato del fabricante de armas José Alberto Barret y Monet.



Estructura


La novela se divide, formalmente, en dos partes de 5 y 10 capítulos respectivamente. A su vez, los capítulos se componen de varias secuencias, tipográficamente señaladas. Las dos partes son muy diferentes entre sí tanto en lo formal como en su contenido, aunque también poseen elementos que las unen. Por otra parte, las secuencias no mantienen un orden cronológico ni espacial y poseen un contenido y carácter heterogéneos. El hilo conductor son las declaraciones de Javier Miranda con ocasión de un pleito judicial posterior a los hechos recordados (1927) y cuyas razones no aparecen hasta el final de la novela, de modo que las primeras impresiones del  lector son de desconcierto. A ello se añade la presentación sincopada de la historia, los múltiples puntos que permanecen oscuros. Así la obra se presenta como una “novela enigma”, estructura claramente emparentada con la novela policíaca. En la primera parte Mendoza recrea el trasfondo político, económico y social de la época. Se introduce un numeroso material histórico, aunque en el primer capítulo, el más completo, aparecen los principales personajes y relaciones entre ellos. “Las variadas secuencias se van intercalando y superponiendo en un perfecto montaje, como si todos los hechos estuvieran situados en un mismo plano temporal; las referidas al desarrollo del interrogatorio de Miranda son como el hilo conductor del relato; como contrapunto a la historia de Miranda, aparece una fiesta de fin de año en casa de Savolta y la declaración jurada escrita por el comisario Vázquez en que da la primera versión de los hechos del ‘caso Savolta’” (Alonso). La segunda es más sencilla en cuanto a su estructura, el relato es más lineal y se centra no tanto en lo histórico sino en las experiencias personales y reflexiones de Javier Miranda. La información se presenta de manera ambigua y confusa, hay múltiples aspectos sin aclarar y así la obra se plantea como una “novela enigma”, emparentada con el género policiaco. Podemos hablar de una estructura caleidoscópica y perspectivista.

            Estructuralmente, en cambio, se pueden distinguir tres partes o secciones de complejidad decreciente

Primera parte:


 capítulos I-V: presentan la máxima complejidad. Encontramos materiales heterogéneos aparecen mezclados tres tipos de textos:
Documentos que se han presentado como pruebas (artículos publicados por el periodista Pajarito de Soto, declaraciones ante el comisario Vázquez, cartas, etc.) y transcripciones literales de los interrogatorios que se producen en un juicio que se celebra en Nueva York, en 1927, para tratar de aclarar los hechos acaecidos en 1917/18
Una narración en tercera persona (narrador omnisciente).
Una narración en primera persona, en la que Javier Miranda va contando su versión de los hechos.

Fragmentos de un interrogatorio, textos periodísticos, documentos, cartas… se presentan entrelazados con los recuerdos del protagonista, que aparecen de forma inconexa, a retazos dispersos; asistimos a los caprichosos mecanismos de una memoria, así se justifica el desorden cronológico (“Los recuerdos de aquella época, por acción del tiempo, se han unido y convertido en detalles de un solo cuadro…”). En esta parte se ofrecerán buenas muestras de las técnicas utilizadas en la obra: técnica caleidoscópica, el laberinto, los cambios del punto de vista,… que la convierten en un auténtico rompecabezas.  Se plantean los acontecimientos decisivos: muertes confusas de Savolta, Pajarito y Claudedeu. Se trata de una serie de páginas que pueden llegar a despistar al lector no familiarizado con los nuevos procedimientos narrativos. A veces un mismo documento se nos ofrece separado en varias secuencias. Por ejemplo el artículo de Pajarito de Soto, con el que se inicia la novela: se inicia en la secuencia 1ª, continúa en la siete y vuelve a reaparecer, ya sin título, en la veintiséis, en la treinta y uno y en la treinta y seis.

Segunda parte:


  a) Capítulos I-V de la 2ª parte: ofrecen menor complejidad. Sin embargo, se siguen alternando varias líneas narrativas y se conserva el desorden cronológico. Continúa la historia en el año siguiente (1918), pero se retrocede a 1917 para asistir -desde el punto de vista de Nemesio Cabra- a algunos acontecimientos ya narrados en la primera parte. El relato va saltando libremente de una época a otra. Con eventuales saltos temporales, se nos cuenta el ascenso social de Lepprince y el matrimonio de Miranda con María Coral. Algunos personajes están empeñados en descubrir los sucios manejos del francés.  En los capítulos restantes , la trama se desarrolla de forma lineal:
  b) Capítulos VI-X de la 2ª parte: se desarrolla con la máxima sencillez: hay un solo hilo argumental, contado linealmente y de acuerdo con patrones narrativos tradicionales. Se aclaran los aspectos oscuros de la trama y Javier Miranda se da cuenta de cómo él también ha sido utilizado por Lepprince. Hacia el final, el comisario Vázquez hace un resumen de los hechos  Son diversas las técnicas de narración utilizadas por Eduardo Mendoza: en la primera parte domina la fragmentación de la historia, el montaje “caleidoscópico” y la presentación abrupta –sin aclaración previa- de personajes o hechos. En los últimos capítulos, encontramos un relato ágil y de ritmo rápido. Esta variación se explica por la consciente imitación de diversos modelos narrativos.
Lo verdaderamente significativo es que frente al modo de contar tradicional, centrado en único narrador que presenta la historia de principio a fin, en La verdad del caso Savolta aparecen procedimientos como desorden temporal (el relato no sigue un orden cronológico), multiplicidad de perspectivas desde las que se nos cuenta (documentos, recuerdos de Javier Miranda, narrador en 3ª persona), diversas modalidades del discurso (diversos registros lingüísticos: coloquial, culto, lenguaje administrativo, periodístico…).
En resumen, la novela supone un gradual deslizamiento desde las formas narrativas más complejas de la narrativa actual hasta viejas (o “marginales”) formas de contar.

Personajes y clases sociales


La novela presenta una galería de personajes de la Barcelona de la época entre los que destacan Javier Miranda, Paul-André Lepprince y María Coral.

 

 Javier Miranda:


ppertenece al grupo de los personajes desclasados. Es un joven que se traslada a Barcelona desde su Valladolid natal para promocionarse socialmente. Vive entre dos mundos diferentes: se relaciona con personas de su mismo nivel económico pero el deseo de ascenso social le lleva a fijarse en Lepprince, que lo utiliza para sus fines. Posee rasgos del pícaro puesto que busca ascender en la sociedad a cualquier precio y justifica su vida en su declaración ante el juez. Desde la distancia y transcurridos los años, ha aprendido gracias a la experiencia acumulada. Su vida la presiden la desconfianza, las traiciones, falsedades y venganzas. Es ambiguo y contradictorio, en él hay nobleza, bondad y sentido de la justicia, pero también es débil y vulnerable. Se define a sí mismo como “náufrago” en un mundo vulgar, de ahí su soledad, sentimiento de frustración y de fracaso y su desencanto. : En medio de “un mundo de fieras” se ve arrastrado por las circunstancias. Es un hombre triturado por la vida, porque no ha sabido ser ni un héroe, ni un canalla. Su trayectoria conduce inevitablemente al desencanto, a un sentimiento de frustración y fracaso. Es lo  que tiene de conmovedor y humano.

 

Lepprince 


Es también un personaje desclasado. “Escurridizo y pérfido”, siempre elegante y jovial, llega a Barcelona con el propósito de introducirse en los círculos aristocráticos y financieros. Se define por su ambición, falta de escrúpulos e individualismo absoluto. Está envuelto en el misterio, es de origen francés, de madre española y deslumbra a todos con su distinción, maneja a todos aquellos con los que se relaciona y no duda en recurrir al crimen para lograr sus propósitos. En algunos momentos adivinamos su soledad. Es un personaje complejo. Se confía a Javier (de quien es la contrafigura), a la vez que lo utiliza sin reparos. Hay en él algo misterioso, un último fondo que se nos escapa

 

María Coral 

 

Es una gitanilla de 18 ó 19 años, artista de cabaret, un producto de la miseria. Sensual, caprichosa, egoísta y desconcertante. Fría y calculadora, acepta a Javier en matrimonio como forma de conseguir un status social a cambio de mantener la relación con Lepprince, su amante. Conoce el poder de su belleza, juega con los hombres y los domina, pero a la vez es una niña pobre y asustada. Es vitalista y a la vez desconfiada, puede ser perversa o delicada, capaz de amar y de engañar. En ella confluyen los rasgos de la mujer huidiza y misteriosa del Romanticismo, de belleza oscura y salvaje y su forma de vida alejada de la tradición, y a la vez se relaciona con los personajes femeninos de la novela de folletín del siglo XIX por su carácter desvalido y las adversidades de todo tipo que ha sufrido.


María Rosa Savolta 


Otro personaje femenino es María Rosa Savolta, hija del industrial, que se comporta como una joven que sigue las normas sociales. Ha recibido una educación tradicional y ve cumplida su máxima aspiración, el matrimonio con Lepprince. Representa a la clase burguesa y es ingenua y débil, aunque después del matrimonio se produce en ella una gran madurez.

Los representantes de la burguesía: la familia Savolta, sus amistades y compromisos sociales. Destacan Nicolás Claudedeu (en catalán “llave” o mano de Dios), al que se llama “el hombre de la mano de hierro”, cruel con los obreros, duro y conservador. También Cortabanyes, el abogado de la empresa Savolta, holgazán y que conoce todos los hilos de la trama, y Pere Parells, socio y asesor de Savolta, hombre inteligente que presume de ateo pero sigue los ritos religiosos. Es el único que se enfrenta abiertamente a Lepprince.

En el otro extremo de la sociedad se encuentran los obreros (los anarco-sindicalistas detenidos al principio, los inmigrantes, los parroquianos de la lechería) y los personajes de baja extracción social, los taberneros, clientes del cabaret… Destacan Domingo Pajarito de Soto, idealista, quijotesco, que desde las páginas de La Voz de la Justicia denuncia las condiciones adversas de los más desvalidos, y su mujer Teresa, que soporta unas duras condiciones de vida. También hemos de citar a Nemesio Cabra Gómez, ser visionario que sufre el hambre y la miseria, que se vuelve loco y provoca en el lector la risa y la ternura y al comisario Vázquez, hombre solitario, independiente, astuto, obsesionado con el descubrimiento de la verdad. Su empeño en permanecer fiel a sus principios contrasta con la sociedad corrupta en la que vive. Claudedeu, Parells,…, y junto a ellos, el abogado Cortabanyes, de apariencia mediocre, pero de oculto poder manipulador. Y taberneros, prostitutas, matones.
En la novela hay un penetrante retrato de la alta burguesía; por un lado, se pone de relieve su superficialidad, sus intereses, sus prejuicios, su incultura,…; por otro, se destaca la dureza implacable de los directivos de las empresas, sus métodos para cortar las protestas obreras, etc.


La clase obrera

  La clase obrera aparece explotada, sometida a unas duras condiciones de trabajo. Se habla de los suburbios donde viven los trabajadores, de los inmigrantes, etc. La lucha social recorre la novela del principio al fin: mítines, discursos, huelgas, atentados… a la violencia obrera, responde la represión más drástica, pero con un tratamiento distanciado: mezclando aspectos hermosos con otros siniestros o grotescos, también son abundantes los toques irónicos.
El panorama social se completa con las referencias a los bajos fondos de la ciudad: el mundo de los cabarets, de las tabernas, del barrio chino, que contrasta con los salones elegantes y los casinos


Técnicas narrativas


 Narrador

La obra está escrita en primera persona (punto de vista del narrador-protagonista) y también en tercera persona. Por otra parte, los materiales de tipo documental introducen “otros puntos de vista”: el de Pajarito de Soto, el del comisario, etc. Así los hechos aparecen iluminados desde diversos enfoques o perspectivismo.

El hilo conductor, como hemos dicho, son las declaraciones de Javier Miranda —desde su residencia en Nueva York, pasados casi diez años, y con motivo de un juicio para tratar de cobrar el seguro que había suscrito Lepprince— . recuerda una serie de acontecimientos en los que se vio implicado y que giraron en torno a un núcleo determinado: la fábrica de armas de Savolta (“Del juicio y mis declaraciones han brotado estos recuerdos”.). Este narrador en primera persona es un narrador limitado, ya que sólo conoce parte de los hechos e ignora una porción fundamental de lo sucedido.

Además de este narrador en primera persona, existe otro que narra en tercera persona. Es un narrador omnisciente. Sabe todo lo que sucede e incluso entra a explicar los pensamientos de los personajes y sus deseos más profundos. Sin embargo, ello es, a veces, engañoso. Así ocurre en la narración de las dos fiestas: aunque se comienzan a narrar en tercera  persona, el protagonista estaba presente en ambas y es él quien las evoca; pero no del todo, un examen detenido nos descubrirá que no todo lo que allí pasa ha podido ser presenciado por Javier. De este modo aparece subrepticiamente el narrador omnisciente. Asimismo, Javier Miranda describe el despacho de Cortabanyes, la historia de Pajarito de Soto y Teresa, las excursiones, las salidas al cabaret, las reuniones en casa de Lepprince o los encuentros de los anarquistas. En cambio, hay un conjunto de secuencias cuyo narrador, en tercera persona, es omnisciente, pues conoce toda la información exterior e interior de los personajes, y nos cuenta cómo se sienten, qué piensan o desean. Por ejemplo, aparece en el relato de los atentados llevados a cabo contra Lepprince, Claudedeu o Parells, también en la historia de Nemesio Cabra, puesto que da muchos detalles de la misma que Miranda desconoce.

El tercer punto de vista adopta las formas de los documentos que sirven de prueba en la acción judicial, que pretende aclarar lo sucedido. Se narra, pues, desde una perspectiva múltiple y utilizando la técnica del contrapunto (se van alternando secuencias que pertenecen a situaciones distintas). Se salta de una secuencia a otra, de un punto de vista a otro, y no siempre se respeta el orden lineal.

En la primera parte domina la fragmentación de la historia, el montaje caleidoscópico y la presentación repentina de personajes y hechos. Aparecen también largas secuencias sin puntos y aparte (capítulo II), en las que los hechos se presentan ordenados. En los últimos capítulos domina un relato ágil y de ritmo rápido. En cambio, en el Capítulo I tenemos:

Artículo periodístico del 6-XII-1917 publicado en La Voz de la Justicia de Barcelona y firmado por Pajarito de Soto.

Notas taquigráficas de la Declaración de Javier Miranda el 10-I-1927 ante un juez de Nueva York.

Narrador omnisciente en tercera persona (fiesta de Fin de año en casa de los Savolta)
Narrador en primera persona. Es Javier Miranda quien desde la distancia recuerda los hechos acaecidos.

Affidávit (documento que da fe) del comisario de policía Alejandro Vázquez (que también murió asesinado poco después de que Javier Miranda abandonase España para ir a EEUU) ante el cónsul de EE.UU, en 1926

En cuanto a las técnicas descriptivas destaca el retrato, como el de Cortabanyes o el de Pajarito de Soto. Es paradójico que no se describa a personajes importantes como Javier o Lepprince, y de María Coral; sólo sabemos la gran impresión que provoca su belleza. Son importantes, en cambio, las descripciones de ambientes, como el cabaret, el salón de baile popular o la pensión miserable, que contrastan vivamente con la elegante casa de Lepprince o el balneario. Tanto en los retratos como en la pintura de ambientes se pueden encontrar muestras de una técnica realista tradicional, junto a tratamientos irónicos, poéticos, etc.
El diálogo es abundante. Hay secuencias formadas casi exclusivamente por conversaciones, como las fiestas. Otros son más “literaturizados” y algunos de gran naturalidad, como las conversaciones entre amigos o en las tabernas.

 

Género


Eduardo Mendoza es un maestro del pastiche(imitación intencionada de diversas maneras o estilos), que  tiene una importancia capital en la obra. Se imitan fundamentalmente dos géneros:

Destaca sobre todo la novela policiaca, del que es muy deudora la estructura general de la obra. Así, aparece un crimen como motivo central para la posterior investigación, y la solución final por medio de las revelaciones o la reconstrucción de la policía. Del mismo género podemos destacar muchos ingredientes o componentes: los asesinatos, enigmas, sospechas, falsas pistas, investigaciones del comisario o interrogatorios y, claro, la resolución del caso mediante  las revelaciones o “reconstrucción” del policía.

Otro de los géneros novelescos sometido a pastiche que destacan es la novela de folletín del siglo XIX (puede verse el monográfico de Ínsula de la bibliografía), que se ofrecía al público por entregas para mantener la atención y emocionar a los lectores. Elementos del mismo son las escenas de los bajos fondos (el cabaret, las tabernas, los círculos de conspiradores o el hampa), la anécdota sentimental, que a veces raya con la novela rosa (la historia de María, su origen oscuro, sus amoríos con el hombre rico y su boda con el humilde, sus misteriosas enfermedades y fugas, su intento de suicidio…); los misterios y enredos, las inesperadas apariciones y desapariciones de personajes; también se caracteriza por la convivencia o simultaneidad de lo mísero y lo noble, los toques sociales y las truculencias
Finalmente, citaremos elementos del esquema de la novela de aventuras en los últimos capítulos, en los que Javier se lanza por amor a la búsqueda de María Coral.
 Como señalan Lázaro-Tusón, “lo asombroso de todo ello es que el pastiche no choca con lo que la novela encierra de serio y de profundamente humano; va más allá de lo paródico o humorístico y se logra una dignificación estética de los citados tipos de “subliteratura”; junto a las truculencias, ofrece una pintura exacta del ambiente social y político de la época; junto a los ingredientes de folletín sentimental, posee la talla de una honda novela de amor”.

En efecto, el amor y el humor (el personaje de Nemesio Cabra, o las anarquistas feministas, defensoras del amor libre) se combinan con el crudo retrato de la situación social de la Barcelona de aquellos años, marcada por las tensiones laborales (anarquismo, pistolerismo patronal, huelga general) y por el reflejo de la pobreza de las clases obreras, la prepotencia de la clase burguesa. Todo ello bien encauzado por una intriga policíaca (¿Quiénes son los autores de las muertes de Pajarito y de Savolta?)

 

Espacio y tiempo


La verdad sobre el caso Savolta es una novela urbana. Se sitúa en una Barcelona formada a su vez por múltiples espacios presentados desde el punto de vista de Javier Miranda. Barcelona era en la época una ciudad industrial a la que acudían un gran número de personas para encontrar trabajo y ascender socialmente, como le ocurre a Javier Miranda. Éste percibe la ciudad como un espacio hostil, en el que le resulta difícil encontrar su lugar. Destacan el centro de la ciudad, lugar de intercambio social, en donde se sitúan los acontecimientos históricos importantes. La zona de la burguesía se divide a su vez en el Ensanche, proyecto urbanístico diseñado para ofrecer vivienda a los obreros en condiciones dignas, pero que se convirtió debido a la especulación en una zona burguesa, y en la parte alta de la ciudad, domicilio de Savolta y Lepprince. Por otra parte, aparece la zona de los obreros, que corresponde a barrios como el Raval, donde vive Pajarito de Soto. En la época en este barrio se mezclaban las viviendas y las fábricas, los locales de diversión y las instituciones benéficas y culturales.
Otros espacios destacan por su valor simbolista, como el Liceo, Montjüic o la taberna, punto de encuentro de los obreros para difundir sus doctrinas. También debemos citar los espacios fuera de la ciudad. Así, Javier, a final de la primera parte decide alejarse de Barcelona para superar una crisis personal. Por otra parte, el viaje de luna de miel de Javier y Miranda a un balneario de la provincia de Gerona supone también un paréntesis.

 El tiempo real o histórico


El relato transcurre entre 1917 y 1919, aunque después de la partida de Miranda, éste todavía se entera, por carta de Cortabanyes, de algunos hechos como la muerte de Doloretas, sucedida en 1920. Se prolonga hasta el momento en que Javier Miranda, emigrado a Estados Unidos, cree que ha pasado suficiente tiempo para reclamar el seguro de vida que contrató Lepprince,  diez años después de que hayan sucedido los hechos principales, en 1927, y declara. En segundo lugar, el affidávit prestado ante el cónsul de Estados Unidos en Barcelona por el ex comisario de policía Alejandro Vázquez Ríos. Finalmente, la referencia a la muerte de la Doloretas, de la cual se informa desde Estados Unidos.

En el tratamiento del tiempo se advierte por un lado una datación concreta gracias a los nombres de los personajes y acontecimientos históricos, las fechas exactas de los documentos y cartas. No obstante, también existe un desorden cronológico e imprecisiones temporales que dan mayor verosimilitud al relato. En la primera parte, la acción transcurre durante 1917 y 1918. El artículo de Pajarito de Soto inicia el relato, pero remite a un hecho ocurrido antes, el atentado contra un obrero. Los capítulos I-III se centran en acontecimientos que suceden durante 1917 (encuentros de Miranda con Lepprince, María Coral y Pajarito de Soto, asesinato de Pajarito y Savolta), y los capítulos IV-V en sucesos de 1918 (entierro de Savolta, muerte de Claudedeu, atentado fallido a Lepprince en el Liceo). Miranda se traslada a Valladolid a finales de 1918 y regresa a principios de 1919.

En cuanto al orden en que se cuenta, en la segunda parte se sigue un cierto orden cronológico, pero, sobre todo, en la primera parte hay frecuentes analepsis (“flash back”) o vueltas atrás para aclarar sucesos o presentar antecedentes de los personajes. Es el lector el que tiene que ir componiendo en la cabeza el orden cronológico de la sucesión de los hechos. La acción, en esta segunda parte, se desarrolla a partir del año 1919, aunque hay saltos temporales hacia el pasado (el encuentro de Nemesio con Pajarito en diciembre de 1917 y las entrevistas de Nemesio con el comisario Vázquez).

Estilo


Destaca por la mezcla de tendencias, discursos narrativos y registros lingüísticos. El autor parece haberse ocultado tras los diversos niveles de escritura que utiliza a lo largo de la obra. Las variantes idiomáticas responden en ocasiones al uso de determinados lenguajes específicos, como sucede con el lenguaje administrativo-epistolar que utilizan el sargento Totorno y el comisario, o el uso administrativo que utiliza Vázquez para redactar su afidávit,  con un lenguajes judicial y forense. También el discurso periodístico y el discurso político en los artículos de Pajarito de Soto, que raya en lo panfletario. Hay momentos en los que la narración refleja tintes historicistas o datos relativos a la situación del país. Tenemos hay rasgos de la novela sentimental, parodias y un estilo muy literaturizado y decadentista en ciertos pasajes, a veces rayano en lo cursi o impostado

Las distintas variedades idiomáticas están determinadas por un factor sociocultural: lenguaje más cuidado, refinado y formal en la clase alt; coloquial entre los obreros y vulgar y soez en el cabaret (“putarranco”, “malparidos”…). En los diálogos destaca asimismo la variedad de registros: los bajos fondos, la naturalidad de la conversación, lo cursi, los catalanismos en el habla de la Doloretas… Las descripciones son rápidas, vivas, impresionistas en ocasiones, pues captan el ambiente mediante unas cuantas pinceladas.

Destaca como rasgo el humor. En ocasiones, el uso de la ironía y el humor sirven para quitar dramatismo a determinadas ocasiones o momentos históricos, como sucede en las cartas que intercambian el sargento Totorno y el comisario, que rompen la seriedad de la situación (la Barcelona terrorista, la enfermedad de Vázquez en África). El humor afecta también a los nombres de los personajes, como el caso de Nemesio “Cabra” o Domingo “Pajarito de Soto”. Recurre eventualmente a la animalización y cosificación en las descripciones de los personajes, que recuerda a las caricaturas de Valle-Inclán. En otras ocasiones, el estilo preciso y la descripción de los mismos, mediante detalles rápidos, recuerda a novelistas como Pío Baroja. De vez en cuando, se tiñe de lirismo algunas escenas o personajes, como, por ejemplo, Teresa


Significación y trascendencia


El alcance de la novela, al decir de Lázaro-Tusón, se sitúa en un triple plano: existencial, social y artístico. Desde el punto de vista existencial, se podría resumir en esta frase: “La vida es un tiovivo que da vueltas hasta marear y luego te apea en el mismo sitio en que has subido”. Téngase en cuenta la cita de W.H. Auden que encabeza el libro: “La clase cuyos vicios uso en la picota era su propia clase, ahora extinguida, salvo para supervivientes como él que recuerdan sus virtudes”. La significación socia se basa en que ofrece un panorama completo de un momento histórico, con el consecuente análisis.

En el terreno artístico destaca la imaginación del autor, la riqueza de matices en las descripciones de ambientes y personajes y su dominio de la técnica narrativa. Por la estructura caleidoscópica, el contrapunto y la alternancia de las voces narrativas, la pluralidad de personajes y la mezcla de estilos y géneros la novela presenta una pluralidad de voces que la acercan a la propia realidad. Combina el juego con lo grave, la ironía y el humor con una penetrante tristeza.

 

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Vázquez Montalbán, Manuel, pról., La verdad sobre el caso Savolta, Madrid, Espasa-Calpe, 1992, pp. 9-15; reed: “Algunas posibles verdades sobre La verdad sobre el caso Savolta”, en El escriba sentado, Crítica, Barcelona, 1997, pp. 175-180."


bibliografía: ver blog: http://blocs.xtec.cat/castelite/2015/01/11/23-temas-de-las-exposiciones-sobre-la-verdad-sobre-el-caso-savolta/

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